Ante todo, exhorto a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que ocupan altos puestos, para que vivamos con tranquilidad y reposo, y en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador. 1 Timoteo 2:1-3
¿Ha escuchado hablar del Grupo de Oración Presidencial? Si bien no está organizado ni por el gobierno, ni por el presidente actual o un presidente pasado, es un ministerio nacional que se ha propuesto organizar oraciones por el Presidente de los Estados Unidos y otras autoridades.
En muchas formas esta es una idea buena, poderosa y, como dice la Escritura para la devoción de hoy, ‘agradable a Dios’.
El presidente del mencionado Grupo ha dicho que están atravesando por problemas económicos, dado que algunos de sus miembros no están contentos con la forma en que está yendo el gobierno.
En una carta solicitando fondos, escribe: «Unos miembros nos dicen que están desanimados y decepcionados, y algunos han admitido que han dejado de orar por el Presidente y por nuestra nación.» Luego agrega que, para continuar con su ministerio, para el mes que viene necesitan reunir $96,000 dólares.
Lo más probable es que nosotros no necesitemos que una organización nos diga que oremos por nuestras autoridades, porque nuestro Señor ya nos lo ha dicho. Las Escrituras nos dice que, a través de su vida, Jesús siempre mostró respeto por quienes estaban en autoridad.
Así lo hizo cuando fue llevado a juicio, y a pesar de las mentiras que dijeron acerca de él y de los cargos falsos que levantaron en su contra. Jesús respetó su autoridad aun cuando ellos pidieron su muerte y lo enviaron a la cruz.
Honrar a las autoridades. Eso es lo que los cristianos debemos hacer en todo momento… siempre y cuando esas autoridades no traten de interponerse en la obligación que tenemos de dar testimonio de nuestro Redentor.
Es por ello que, más allá de lo que usted piense de su gobierno, le invito a que ore por sus autoridades, porque ‘eso es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador’.
Por CPTLN