Pongámos los ojos en Cristo
PONGÁMOS LOS OJOS EN CRISTO
“Puestos los ojos en Yeshua, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”. Hebreos 12:2.
Saludo a todos ustedes.
Que Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo derramen su gracia su misericordia y su paz sobre todos ustedes.
El tema de hoy lo vamos a basar en el libro de los Hebreos capítulo 12, versículo 2.
Recién convertido a Cristo, unos hermanos y yo hicimos una reunión para compartirle el evangelio a una pareja de esposos, cuando se les habló de la Palabra ellos se quejaban de unos vecinos que supuestamente eran cristianos, que muy seguido les obstruían la salida de su coche.
Hermanos, quiero decirles que cuando nosotros nos damos a conocer como cristianos un mundo nos vigila; la gente no creyente está fijándose en cada uno de nuestros movimientos y no pocas veces nuestro testimonio causa que ellos blasfemen de nuestros Dios ocasionando un gran daño a la Iglesia; esto puede evitar o retardar que la gente se vuelva al Señor, y saben ¿por qué? Porque es común que la gente ponga sus ojos en el humano y no en Jesucristo.
Tristemente, eso no solo sucede en las personas inconversas, sino que aquí en el cristianismo es una causa frecuente.
En 1ª de Timoteo 4:1, la Palabra de Dios nos dice que en los últimos tiempos algunos renegarán de su fe, siguiendo a espíritus engañadores y enseñanzas que vienen de demonios, harán caso a gente hipócrita y mentirosa cuya conciencia está marcada con el hierro de sus acciones.
Hermano, ¿sabías que el apóstol Pablo nos advierte de que en las congregaciones asisten personas enemigas de Dios? (1ª de Juan 2:19). En las filas del cristianismo crece la cizaña y el trigo juntos y en ocasiones tenemos que cuidarnos más de los que están aquí adentro que de los que están allá afuera.
Hay mucha gente que se dice cristiana, que acuden a las congregaciones pero que en los últimos tiempos van a renegar de su fe, gente que conoce la verdad, que sabe que solo Cristo salva pero que van a renegar de su fe.
Acompáñenme a 2ª de Pedro 2:20. Mucha gente utiliza estos versículos para decir que la salvación se pierde, pero si los escudriñamos bien van ustedes a ver que no quiere decir eso, por eso es de suma importancia que a la Palabra la entendamos no con el alma sino con el espíritu.
¿Por qué el perro se come su vómito? ¿Por qué la puerca vuelve a revolcarse en el lodo? Porque esa es su naturaleza. Para que estos animales dejen de hacer eso, tiene que ser cambiada su naturaleza. El hecho de que alguien conozca la verdad no quiere decir que sea salvo; gente de otras religiones saben que el único camino es Cristo, sin embargo no se han arrepentido de sus maldades, ni han pedido perdón por ellas, ni lo han recibido como su Señor y Salvador; estos versículos hablan de gente que nunca han recibido la salvación, han conocido la verdad, pero no la han aceptado. Hay muchos que entran en la profesión de creyentes pero no llegan a entrar en la condición de salvos. No basta creer, porque el diablo cree y tiembla.
Leí acerca de una persona que después de haber estado en el catolicismo se convirtió al cristianismo, empezó a participar e incluso a predicar y pastorear ovejas, pero después regresó al catolicismo y ¿saben que dijo? Que al entrar al cristianismo se dio cuenta que había muchas discusiones y problemas entre las diferentes denominaciones cristianas lo cual lo desanimó y regresó a donde salió. Esta persona apostató de su fe porque no puso sus ojos en Cristo, los puso en los hombres.
Apostatar no es que un cristiano se cambie de una congregación a otra. La apostasía se da cuando un cristiano se va al mormonismo, a los testigos de Jehová, al catolicismo, a doctrinas falsas inventadas por el hombre. ¿Por qué apostatan? Porque ahí no se cree en el Dios de la Biblia, aunque así lo parezca. Recuerden que el diablo mezcla la verdad con la mentira de tal forma que la gente crea que en lo que esta creyendo es de Dios; el catolicismo es una mezcla de cristianismo con paganismo, y a Dios no le gustan las mezclas.
Hay congregaciones que están desapareciendo, pastores que están cayendo.
Causas:
1º. El pecado oculto; Dios no puede estar donde hay pecado.
2º. El legalismo; esa religiosidad en que incurre la gente, que no va de acuerdo con la gracia y
3º. Otra causa es que no ponemos los ojos en Cristo, la gente pone sus ojos en el humano. “Hermano, ya no voy a la congregación porque me sacaron la lengua, ya no voy a la congregación porque el pastor no me saludó” Hermano, ponga los ojos en Cristo, el creador y consumador de la fe. Muchos ponen como ídolo al hermano que predica bonito, ponemos como ídolo al pastor, “si el pastor no viene no voy a la congregación”, nos fijamos en el hermano que está a un lado, si me hace gestos ya no voy a la congregación. Cuando ponemos nuestra atención más sobre alguien o algo que no sea Dios, estamos cayendo en idolatría y ¿saben qué? esas personas tarde o temprano van a apostatar porque el hombre siempre los va a decepcionar, porque el hombre no es perfecto.
Pon los ojos en Cristo.
Hermano, si las cosas van mal en la congregación, ora por ella, no la abandones, levántate y lucha contra el diablo. Eso es precisamente lo que el enemigo quiere que hagas, que te alejes, que dejes de congregarte, él quiere destruir las congregaciones. Si el hermano te sacó la lengua, ora por él; si no te saludó, salúdalo tú, no te dejes engañar por el diablo.
Hay hermanos que después de haber tenido un gran ministerio incluso casi, casi como pastores, por problemas con los hermanos, por problemas con el pastor, en este momento no se están congregando en alguna parte y ¿saben que pasa? que es tal el resentimiento que tienen, que no quieren saber nada de los cristianos. “Son una bola de hipócritas que no hacen lo que predican” dicen ellos. Porque nunca pusieron sus ojos en Cristo, sino en el hombre.
Está bien, ya te enojaste con el hermano, ya te decepcionó, pero Dios que culpa tiene; mientras nosotros no nos demos cuenta que esta es una trampa del diablo y que el único que no nos va a decepcionar es Cristo, nuestras congregaciones se va a quedar solas.
Tenemos que entender que Dios nos ama a todos en la misma forma, pero también trabaja con nosotros en forma diferente, no es que sea elitista; somos como los hermanos carnales, totalmente diferentes, algunos más rebeldes que otros, algunos entienden a la primera amonestación, otros hasta que les viene alguna tribulación. Algunos más dispuestos a obedecer, y a éstos Dios los usa y los pone en unos ministerios tremendos y cuando los oímos predicar nos dejan muy buenas enseñazas, alimento sólido, nutritivo; pero mientras no entendamos que no es el hombre sino el poder de Dios a través de su Santo Espíritu, vamos a sufrir decepciones.
Hermanos, en las congregaciones cristianas crece la cizaña y el trigo juntas, no todos los que están con nosotros son de nosotros; esto no quiere decir que nos andemos cuidando unos de otros. Dios sabrá poner a cada uno en su lugar; pero esto se los digo para que pongamos los ojos en Jesucristo; pero no por eso los verdaderos cristianos debemos dar un mal ejemplo, tenemos la obligación de cuidar nuestro testimonio y cuando alguien nos decepciones oremos por ellos.
Acompáñenme a 1ª de Corintios 2:4 y 5. Yo no se si ustedes se han fijado en la cara de las personas cuando comparten el evangelio, se nota como caen bajo el poder del Espíritu Santo y ¿saben que? Que muchas veces lo primero que hacen es poner sus ojos en el humano “que bonito habla” “que cosas tan bonitas dice” Cuando esto sucede yo les leo este pasaje para que ellos no dependan de mi sabiduría sino del poder de Dios.
Hermanos, solamente de Cristo procede nuestra fe y Él es quien la perfecciona. Nuestro modelo no es la gente, nuestro modelo es Cristo. Por eso las chicas cristianas siempre andan a la moda, porque su modelo es la gente, pero la moda del mundo no es la moda de Dios, Cristo es nuestro modelo, a El debemos imitar.
Nuestro Salvador soportó la cruz sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría y ahora se sienta a la derecha del trono de Dios, por lo tanto la gloria y alabanza sean solo a Él.
Por lo tanto, meditemos en el ejemplo de Cristo y pongamos nuestra mirada en Él que sufrió tanta contradicción de parte de los pecadores; no se cansen ni se desanimen mis hermanos, pues aun no hemos tenido que llegar hasta la muerte en nuestra lucha contra el pecado.
Ahora ¿que pasa cuando nosotros quitamos nuestra vista de Cristo?
(Mateo 14:25-32).
Aquí, para caminar sobre las aguas, Pedro pone los ojos en Cristo “Si eres tú mándame ir a ti” fíjense que Pedro no dijo: “si eres tú voy a ti” él puso su fe en Cristo; mientras tenía los ojos puestos en el poder y la palabra de Jesucristo Pedro anduvo sobre las aguas sin peligro alguno, pero tan pronto como percibió el peligro, ¿saben que pasó? Tuvo miedo; cuando nosotros vemos las circunstancias de nuestra vida con los ojos del cuerpo en lugar de verlos con los ojos de la fe, estamos en peligro de caer.
¿Qué pasó cuando quitó los ojos de nuestro Salvador? Comenzó a hundirse. Cuando su fe le sostenía se mantuvo a flote, pero cuando empezó a dudar, perdió el equilibrio; cuando nuestra fe se debilita comenzamos a hundirnos, pero ¿saben qué? Aun cuando vacilemos en nuestra fe, Cristo nunca nos deja.
¿Qué es lo que debemos hacer? “Cristo, sálvame” es el remedio al que recurrió Pedro y es el mismo al que debemos recurrir nosotros, ¿Cuál es? La oración. Pedro clamó al Señor, “sálvame” y es lo que debemos hacer, ¡CLAMAR! ¿Qué sucedió después? Al momento Cristo tendió la mano y lo agarró. En el momento que él puso sus ojos en Cristo, nuevamente salió a flote, Cristo lo sostuvo y no se hundió. Él nunca deja que el cristiano se hunda completamente. Hermano, no busques más, Cristo es el camino.
El que anda en Cristo, en el momento que se desvía por el camino de la carne, siempre responde al llamado del Espíritu Santo. Todas nuestras dudas y temores que nos desalientan, se deben a la debilidad de nuestra fe; dudamos porque nuestra fe es poca y no hay razón para que los discípulos de Cristo actúen así, porque El siempre nos ayuda, aunque nosotros no lo veamos (Daniel 9:20 al 23 y 10:12-13).
Dios siempre escucha nuestras oraciones.
Hermanos, pongan sus ojos en Cristo, no abandonen su congregación, si están aquí es porque Dios así lo quiso y El nunca se equivoca. Levántense y luchen contra el enemigo.
NO BUSQUES MAS, CRISTO ES EL CAMINO.
Enviado Hno. Mario
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